Nace en 1945, en una tierra mítica y sedienta, cerca de Cádiz. Antiguo alumno de la Escuela de Arte y Oficios de Sevilla, se instala en las estribaciones de los Pirineos, en el -departamento francés de l'Ariège- hace treinta y cinco años. Jesús Aparicio Mantero esculpe el acero, tras una trayectoria compleja y lógica, en primer lugar, el dibujo y la pintura ocupan su atención y rápidamente la pasión por el metal le invade. Cuadros y bajorrelieves se suceden enardecidamente trabajados con el cincel y el martillo; patinados con la llama del soplete, en metales de dureza creciente: cobre, latón y acero.
En este punto, la exploración artística del metal plano parece agotada y se libera expresándose en las tres dimensiones. Liberado de toda influencia académica, el otrora grabador empieza una lucha apasionada con el metal, sin artificios, armado simplemente con el mismo cincel, martillo, pulidor y soplete. De este potente y perpetuo trabajo de atleta, basándose en sus esquemas y dibujos visionarios, surgen los ejemplares únicos de obras fuertes, estilizadas, armoniosas, extrañas y diversificadas. El artista trasmite sus conceptos y emociones a la materia densa y adusta. LEER MÁS
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