lunes, 9 de enero de 2012

Dans l'atelier


Materialización de una silueta


Obras


BUSTO
Obra de 77 x 44 x 16 cm, hecha en acero martelado. 
Pieza única.


BUSTO 2
Obra de 60 x 52 x 40 cm, hecha  en acero. 
Pieza única.


AIRE
Obra de 95 x 57 x 20 cm, hecha en acero pulido y martelado.
Pieza única.



martes, 3 de enero de 2012

Entrevista en el periódico Ariege News

Entrevista en el periódico Ariege News

Dans la maison de Jésus Aparicio, des dizaines de personnages, femmes, et silhouettes se sont appropriés les lieux. Impossible d’éviter leur présence aérienne et dansée.

Car si cet Andalou d’origine a tenu pendant 15 ans avec son épouse le restaurant Marisma à Rieucros, il a quand même su trouver le temps pour sculpter...

Et de son tout petit atelier de rien du tout aménagé dans un garage, l’artiste aussi prolifique que discret a fait naître de l’acier des courbes, des visages, des corps.

Les marteaux, ponceuses et autres chalumeaux l’y accompagnent tous les jours, pour dompter ces kilos de métal qui ne sont à la base que de vagues planches grises et lourdes. LEER MÁS

La forja de un artista


Sus manos llevan décadas dominando la crudeza del hierro para hacer emanar del duro metal la delicadeza del arte, el requiebro de figuras imposibles, dibujadas a golpe de soplete. Jesús Aparicio es un tarifeño de 66 años que, con el paso del tiempo, ha logrado el reconocimiento del mundo del arte, que se ha inclinado asombrado a la frenética e inacabable factoría escultórica que emana de su pequeño retiro francés. Su vinculación al país galo le nació del mismo lugar que nace su obra: del corazón. Allí conoció a la que hoy es su mujer en 1968, durante un viaje de vacaciones. Regresó a Barcelona, donde vivía entonces, para finalmente instalarse a los pocos meses en el país vecino. LEER MÁS

Mi obra



Nace en 1945, en una tierra mítica y sedienta, cerca de Cádiz. Antiguo alumno de la Escuela de Arte y Oficios de Sevilla, se instala en las estribaciones de los Pirineos, en el -departamento francés de l'Ariège- hace treinta y cinco años. Jesús Aparicio Mantero esculpe el acero, tras una trayectoria compleja y lógica, en primer lugar, el dibujo y la pintura ocupan su atención y rápidamente la pasión por el metal le invade. Cuadros y bajorrelieves se suceden enardecidamente trabajados con el cincel y el martillo; patinados con la llama del soplete, en metales de dureza creciente: cobre, latón y acero.

En este punto, la exploración artística del metal plano parece agotada y se libera expresándose en las tres dimensiones. Liberado de toda influencia académica, el otrora grabador empieza una lucha apasionada con el metal, sin artificios, armado simplemente con el mismo cincel, martillo, pulidor y soplete. De este potente y perpetuo trabajo de atleta, basándose en sus esquemas y dibujos visionarios, surgen los ejemplares únicos de obras fuertes, estilizadas, armoniosas, extrañas y diversificadas. El artista trasmite sus conceptos y emociones a la materia densa y adusta. LEER MÁS