jueves, 18 de diciembre de 2025

RENACIMIENTO

!SI A LA PAZ !







El prisma interior alza el vuelo

Desde la profundidad, una base de metal emerge anclada en antiguas verdades. Es la raíz del tiempo, la memoria de lo que fue, un refugio de ángulos rectos. Se eleva en silencio hacia un nuevo amanecer. La herida sanó y se mutó en un pasaje que invita a la luz a susurrar secretos al vacío. Es la cáscara del capullo, rota para que el milagro se manifieste.

Y sobre esta roca forjada, un espíritu de cristal asciende. Múltiples luces danzan en su cuerpo translúcido: el rojo de la pasión transmutada, el azul de la calma infinita, el oro de la sabiduría ganada. No hay aristas que hieran, solo la suave curva de un renacer, la promesa líquida de un arcoíris en cada fibra. Es el Renacimiento, una ascensión de color que se despliega como un alma liberada.

El acero sostiene, no confina. El cristal irradia, no implora. Es la sinfonía de la materia y el espíritu, la dura lección convertida en el pedestal de la belleza sin fin.

¡Sí a la Paz! canta el prisma ascendente, un himno de luz y quietud en el aliento del metal.

                                                                                                   Francisco Martinez Torres

 

 




APOCALIPSIS

!NO A LA GUERRA !

acero y vidrio 57cm
 
 
 Apocalipsis ¡No a la Guerra!

El Corazón Atrapado

Un estilete bruñido, la cicatriz de un eco metálico en la tierra dormida. Su vértice, una advertencia de acero, apunta al horizonte no alcanzado, al cielo que respira. Es la memoria de la incisión, el silencio del trueno que fue. Su flanco, un ojo ciego al cosmos, nos mira desde el abismo de un metal que supo del fuego y la forja.

Y en la cima, donde la forma cede y se abre, un mundo de cristal verde. Es la lágrima suspendida, la promesa esmeralda de un brote, el aliento de todos los futuros posibles. Pesa en la garganta de la estructura, un grito atrapado, una quietud forzada. Su color, el sueño húmedo de la hierba, la frágil respiración del planeta, condenado a mirar el abismo que lo contiene. Es el dilema eterno, el cristal tembloroso en la boca de la bestia silenciosa.

¡No a la Guerra! clama el verde cautivo, un susurro sin voz en el alma de la materia.
 
Apocalipsis ¡No a la Guerra! 
                                                                                   
                                                                                       Francisco Martinez Torres